Un título pedante para una buena película que no tiene ni una pizca de lo pretencioso que su nombre hace presagiar. Sinceramente, después de haberla visto, sigo sin tener ni idea de qué querrá decir azuloscurocasinegro... se me llegó a ocurrir que tal vez hacía referencia al color del mono de trabajo de Jorge, el protagonista. Al fin y al cabo los asuntos laborales de Jorge, de profesión portero de vecindario, son, a ratos, hilo argumental. Pero simplemente se trata de un nombre que el director, en el primer largometraje que hacía, usa o usaba para un estado mental.
¿Nunca habéis inventado una palabra que sólo usáis cuando habláis con vosotros mismos para referiros a un sentimiento difícil de nombrar o de describir? La vida de Daniel Sánchez Arévalo debió de ser azuloscuracasinegra en ciertos momentos, y eso ha quedado plasmado en esta película. Debió de serlo cuando muchos aspectos de su vida eran casi idénticos a los de Jorge (Quim Gutiérrez).
Al final parece que todo lo que les ha ocurrido a los personajes ha cambiado sus vidas, pero, mirando más en profundidad, nada cambia realmente. Quizás Jorge, al final, sigue viendo su vida azuloscuracasinegra...
Pero una buena película española no puede contar únicamente la vida de un portero de un edificio de Madrid, todavía no somos franceses. En el guiso hay muchos más ingredientes. Está el padre de Jorge, incapacitado y demente tras sufrir siete años antes un derrame por culpa de un disgusto que le dio su hijo. Está el hermano, interpretado por el gran Antonio de la Torre (aparece, casualmente o no, por segunda vez en este recién nacido y humilde blog), un presidiario que se enamora, en un taller de teatro, de una chica interna en el módulo de mujeres. La chica en cuestión se llama Paula, y está deseando quedarse embarazada para que la trasladen a la unidad de maternidad, y escapar así del acoso de sus compañeras del trullo. Pero Antonio (el actor y su personaje son tocayos, sí) tiene los huevecillos perjudicados, y, como si de una vieja tradición judía se tratara, le pide a su hermano que haga los honores. Tras pensárselo mucho el bueno de Jorge acepta, al principio se trata simplemente de fecundar a la novia de su hermano sin besos, sin preámbulos, sin cariñitos... pero hay que asegurarse de que Paula se queda embarazada, por lo que serán necesarios varios bis a bis. Y tanto bis a bis acaba creando un algo. La cosa se enreda, se enreda mucho; y para contar la historia ya está la película.
Destaca también Natalia, la casi-novia de Jorge desde que tenía quince años y con la que este trata de tener una relación medianamente sana mientras tiene sus bis a bis con Paula en la cárcel. Y, sobre todo, su gran amigo Israel, quien descubre que su padre es homosexual. Esto le lleva, mediante un extraño proceso, a descubrir su propia homosexualidad. Suena un tanto trágico, pero este personaje le da el punto cómico a la película.
En la foto, Paula en una postura que favorece que los espermatozoides lleguen al óvulo, según su propia explicación. A Jorge le parece una tontería, y ella le pregunta que si nunca ha hecho algo sólo por si acaso... Y es que Jorge necesita que le den un empujoncito para espabilar y dejar de ver la vida de la misma manera lustro tras lustro.