En mi humilde opinión el mensaje de esta serie, que lo petó durante la primera década de este tercer milenio, está bastante claro y es tan antiguo como Cristo o Buda. Paso totalmente de ponerme a hablar de purgatorios, del sueño de Resines, de si la Isla es una construcción humana o la ballena de Jonás. En el título he escrito lo que, para mí, es Perdidos-Lost. Los personajes llegan a la Isla para tener una oportunidad de reconducir sus vidas, de evolucionar, de redimir sus faltas y anular los fallos y errores que más infelicidad les causaban. La gente pide que se le explique por qué llegan allí y los guionistas inventan una respuesta: Jacob les llama escribiendo su nombre en una cueva... Bueno, los que no captan el mensaje de la serie no debieron de quedar satisfechos y seguramente hicieron cábalas sobre qué tipo de fenómeno físico desencadena escribir un nombre con tiza en una cueva de la Isla.
El problema de Lost es que legiones de seguidores no vieron el bosque, empeñados en ir analizando todo árbol por árbol. Hubo gente que dedicó tiempo de su vida a explicar por qué a Hurley no le sentaba mal la salsa caducada de Dharma. Y por supuesto que la explicación incluía algo relacionado con el espacio-tiempo y la energía electromagnética...
Pero al grano, ¿quiénes son los mejores ejemplos de redención y evolución? Para mí: Kate, Jack y Christian Shephard, Locke, Sayid, Sawyer, Benjamin Linus, Jacob y Richard Alpert. Luego quedarían dos categorías de personajes:
- Los que también completan su proceso pero arrastraban problemas más circunstanciales que existenciales, algunos serían: Hugo Reyes, los Kwon, Charlie, Claire, D. Hume y Shannon.
- Los que la cagan completamente y no solo no completan el proceso, sino que no comprenden en modo alguno la situación: Michael, Danielle, Paulo y Nikki.
Habría otras categorías menores. Una, por ejemplo, la de las personas que no son llamadas a la Isla, no cometen demasiados errores pero su ignorancia les impide aprovechar sus oportunidades.
Entrarían aquí todos o casi todos los lacayos de Benjamin (no confundir con "Los otros", que ahí meteríamos a Richard), y la práctica totalidad de los miembros de Dharma. Otra categoría la constituirían los pasajeros de la cola del avión. Son personajes con poco rodaje y desarrollo y no sabemos a ciencia cierta cual es su forma de vivir la Isla.
Clasificar a gentes como el Señor Eko, Ana Lucía o Charles Widmore alargaría esto demasiado. Y yo quiero llegar a Jack y Sawyer. A estos dos los extraigo de una criba de la primera categoría que he establecido. Son los dos grandes ejemplos de evolución y redención.
JACK SHEPHARD
La soledad del héroe. El hombre atormentado pese a que cada día en su existencia es un historial de éxitos que salvan vidas. Su infelicidad es totalmente existencial, no alcanzará nunca la paz por su propia culpa. Por no saber quererse y por ser incapaz de "pararse a oler las rosas", que dirían en Los Soprano. Hereda ciertos fallos de su padre. Su mujer le deja porque "siempre tiene que estar solucionando algo". Sería el tipico "tío rallado", pero lo es por ser un gran hombre. Todo está explicado en su tatuaje del brazo, que por cierto le costó una buena paliza. La gente no le comprende, y sólo las grandes personas se dan cuenta del regalo que supone tener a Jack cerca.
Cuando todo acaba Jack es feliz. Está en paz. Es una paz melancólica, pero es paz. Es la armonía del que llega tras una gran caminata llena de sufrimientos y se tumba en su cama. Es sabedor de que al descansar y, por fin, tener la mente en calma es privado de juergas y diversiones. Pero se acabó el sufrir, tiene la paz total, alcanzada gracias a su estancia en la Isla, que se lo dio todo.
JAMES FORD "SAWYER"
A James la vida no le da muchas oportunidades para no ser lo que es cuando llega a la Isla: un auténtico tipejo. Tiene carisma, sí. Nos reímos con sus motes, su ingenio y su descaro. Espero que su atractivo físico no impidiera ver al público femenino lo más importante: es, probablemente, la persona que más evoluciona y más se redime. Acaba siendo un tipo altruista que sufre por amor, que se abraza, emocionado, a sus amigos. Comprende el sentido trágico de la vida y valora las pequeñas cosas. Descubre que ver cumplidos sus deseos de venganza no le ha ayudado. Es, como Jack, un hombre que no es infeliz por sus errores puntuales, sino por su forma de ser y de vivir.
Y al final, también paz. Y capacidad de amar al prójimo.
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